VENGA A NOSOTROS TU REINO


"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra."

Mateo 6:10

Qué declaración tan poderosa es la que hace Jesús en el padre nuestro, si bien toda la oración (el Padre nuestro) es impactante, en este versículo nos lleva a realizar una petición que sale de nuestro entorno y eleva un clamor por la tierra y su sistema. Sabemos que satanás es el dios de este mundo (2 Corintios 4:4) por lo tanto cuando Jesús dice venga tu reino, es para que nosotros podamos ser mudados; puesto a que pertenecíamos a otro reino, sujetos a sus leyes, ordenanzas y consecuencias. Cuando digo leyes, no me refiero a las de los gobernantes, puesto que el reino del Padre es espiritual, así también el de las tinieblas. Nacemos en este reino de caos, donde desde niños se nos enseña a tomar represalia por los que nos dañan, a tener que mentir, a criticar a quienes piensan distinto, a justificar a los que toman lo que no es suyo, etc. Este es el reino donde nos encuentra Jesús, y este no es sobre una persona, una familia o una ciudad; es sobre la tierra que está posicionada en este. El Señor nos enseña a pedir que venga ese reino donde realmente existe la justicia, la paz, el gozo, donde cada uno no tendrá necesidad de envidiar a nadie porque ni aun existirá en cada corazón que allí more esas emociones. Luego añade, hágase tu voluntad, no es solamente que necesitamos un cambio social, sino también a quien creo ese reino de justicia y paz. No alcanza simplemente con tener, sino que necesitamos esa dependencia de aquel que gobierna en perfección. Adán y Eva tuvieron la obra perfecta sobre esta tierra, pero, así como ellos, cualquiera de nosotros seguramente hubiera caído en el error y la desobediencia. Pero, aun así, a través de ese pecado tan grande, sumados a los del resto de la humanidad, podemos reconocer que nosotros solos no podemos; no hay hombre en quien podamos depositar toda nuestra confianza como el Señor. Jesús nos enseñó, en estas pocas palabras que no solo necesitamos una vida distinta, sino que esta debe ser guiada por él y para él, pero lo más destacable es que el la anhela para todos. Cuando dice tierra, se refiere a todos por igual; hay quienes creen que Dios no ama a los pecadores, pero El mismo Señor se entregó por ellos, por los que lo mataron, por quienes lo entregaron, por los que aun habiéndolo aceptado volvimos a fallar. Si realmente queremos una vida distinta, esas simples palabras deben volverse un clamor: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." 

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